"EL CUENTO DE MIS TRES CERDITOS..."

                        ( Yo también sigo a Men)






En una noche fría de invierno tres cerditos se perdieron en un bosque oscuro y tenebroso, sus corazones latían de tal forma por el miedo que sentían que sus patitas se quedaban trabadas en todo lo que en el suelo había.
Aquello dio paso a recordar historias aterradoras dónde lobos y demás seres siniestros se aparecían en sus cabezas, imaginándose así lo peor…
Con aquel tremendo temor, los tres decidieron acurrucarse junto a una gran piedra y así resguardarse del frío y de los malhechores.
Cuando comenzaron a sentirse más sosegados y algo calentitos, un pavoroso aullido sonó en todo el bosque...el susto fue tan grande, que el pánico se apoderó de los tres, haciéndose cada vez más pequeñitos e indefensos.
Aquello, los había puesto en alerta, pues lechuzas, búhos, pájaros y animales nocturnos corrían y volaban  como si hubiesen visto al mismísimo diablo
Los tres cerditos inmóviles y sin saber que hacer no se atrevían a salir del escondite, así que allí se quedaron...
De repente otro espantoso aullido volvió a sonar... Era un gemido fiero y casi de dolor…
Ellos… comenzaron a notar que aquel bramido provenía de un animal furioso, pero su sonido era al mismo tiempo de lamento.
Sin saber que hacer, siguieron escondidos, hasta que una luz hermosa proveniente de la luna, iluminó aquel bosque, dando paso a una claridad dónde aquel lugar semejaba un bosque encantado...
Cuando volvieron la vista hacia ella, vieron como aquella luna estaba triste, comprendiendo así que en aquel lugar algo malo estaba pasando...
Uno de los cerditos, le preguntó a la luna:
-¿Lunita, porque estás triste?
La luna dejó resbalar una lágrima por su mejilla formando así un pequeño charco en el suelo, en el cual se vio reflejada la triste historia de un lobo solitario e incomprendido, por el cual ella sentía una tremenda tristeza y compasión, ya que por cada animal del bosque sentía una gran admiración y cariño.
Los tres cerditos comprendieron la tristeza de la luna, así que decidieron ayudarla.  
Ella, les indicó que en el bosque vivían unos gnomos sabios que les indicarían que hacer, así que... iluminándoles el camino los hizo llegar hasta esos seres pequeños.
Uno de los gnomos al verlos llegar se sorprendió, pues nadie hasta ese momento había querido escuchar a la luna.     
Así que, mirando a los tres, les preguntó si estarían dispuestos a arriesgar sus vidas por aquel lobo.
En ese momento al hablar de sus vidas, las únicas que tenían... sus patitas comenzaron otra vez a temblar, pues... ni eran héroes ni valientes, solo unos simples cerditos miedosos e indefensos… 
En aquel momento, la luz de la luna brilló con todas sus fuerzas, y ahí recordaron lo que ella  les había contado… el temor, se desvaneció, dando paso a una gran valentía. 
Los tres habían tomado la decisión de ayudar al lobo costase lo que costase.
El nomo convencido de su determinación, los llevó hasta el lugar dónde aquel fiero animal estaba… nada más llegar, al verlo... sus pelos se pusieron como escarpias, pues aquel lobo parecía un animal horrible que daba toda la impresión de ser un monstruo.
Pero cuando lo miraron a los ojos, sintieron una enorme compasión, pues en ellos se reflejaban, dolor, soledad, y tristeza.
Con un solo gesto y una mirada sincera, unos y otros comprendieron lo que allí pasaba.
Aquel lobo no era lo que aparentaba ser, si no, una víctima más de historias mal contadas, en las que salía tan mal parado, que todos los seres de aquel bosque huían de él como si de un ser malvado se tratase, sin pensar siquiera en el porqué de su bravura.  
Desde aquel mismo instante, los tres cerditos se convertirían en los mejores amigos del lobo, dando lugar así, a que todos los animales de aquel bosque hiciesen lo mismo, y la historia del lobo fiero y horrible se quedase en el olvido,pasando de esa forma a ser un habitante más, feliz de vivir en aquel hermoso bosque encantado, dónde la luna con su espectacular brillo y un canto especial de alegría, los hiciese bailar cada noche dando lugar a que nunca más esos aullidos de dolor sonasen en aquel hermoso lugar.
Los tres cerditos, habían sido valientes y compasivos sin siquiera proponérselo, pero con su decisión habían cambiado el rumbo de una historia mal contada...


 Colorín colorado...¡mi cuento se ha terminado...!