Ese día me apetecía sacar mi parte más golfa... así que saqué mis pinturas de guerra y me dediqué a hacer de mi cara una restauración en toda regla.
Después de unas cuantas horas de sesión de maquillaje, de pinta y despinta...tenía una capa de pintura,rimel y demás… que mi cara parecía una puerta.
Después de unas cuantas horas de sesión de maquillaje, de pinta y despinta...tenía una capa de pintura,rimel y demás… que mi cara parecía una puerta.
Me puse minifalda, un buen escote y zapatos altos...y ¡hala!¡A lucir palmito!
Mi forma de caminar contoneando mis caderas no dejaba indiferente a los que pasaban… cuándo de repente...en mi ojo izquierdo se me metió un cuerpo extraño.
-¡Mierda..!- me dije.
Guardando mi compostura, hurgué en mi bolso, buscando un espejito y un pañuelo, apoyándome en un escaparate de una tienda de zapatos.
Cuando estaba intentando arrastrar lo que supuestamente podría tener incrustado dentro del ojo,vi distorsionadamente unos bultos en el escaparate que me hicieron pegarme al cristal.
¡Dios, eran unos preciosos zapatos...!
Aunque mis ojos empañados por las lágrimas no me dejaban verlos detalladamente, yo sabía que eran un tesoro.
Mientras los miraba con el ojo derecho... el izquierdo no hacía más que recordarme lo dolorido que estaba... haciéndome que lo frotase y frotase molestándome así cada vez más.
-¡mird…,mierd…,mierd…!-decía... mientras por mis mejillas se deslizaban lágrimas y más lágrimas empapadas de rimel.
-¡mird…,mierd…,mierd…!-decía... mientras por mis mejillas se deslizaban lágrimas y más lágrimas empapadas de rimel.
Ajena a las miradas de los que pasaban... ahora solo estaba centrada en aquellos zapatos y a la tortura que me estaba sometiendo aquel ojo.
Pero aún así con toda esa tortura, no iba dejar que eso me hiciese cambiar de idea y no iba consentir que me fastidiase el día un dichoso ojo, así que...sin pensármelo dos veces entré en la tienda a tientas,esquivando a la gente que allí estaba.
Una de las dependientas se acercó a mi…
-¿La puedo ayudaar?- preguntó con voz de pija
-Pues siii-contesté con el mismo tono.
-¡Quiero aquellos zapatos!,dije señalándolos con el dedo.
-¿Que número calzaa?-
-El treinta y sseiss-dije
!Ay... mire ussted! el último paar, lo esstá probando aquella chica…
Giré mi cabeza con mi cara llorosa, y ahí veo… a un ser bien rechonchito... que... ¡de chica, chica! no tenía nada...,
era grande como un camión ,pero la” jodía...” tenía unos pies pequeños para su estatura,que me preguntaba...¡como aquel ser enorme tendría esos pies!
Además…¡ ¿de dónde había salido, que ni la había visto…?
¡Aquel camión se estaba probando mis tesoros...dando vueltas y vueltas mirándose al espejo!.
El ojo me dolía a muerte… pero... ver aquellos pies gordos deformando mis zapatos ¡mi alma me dolía aún mucho más…!
Sin pensármelo dos veces, me acerqué a ella y le estampé:
-Perdona… ¡pero esos zapatos son míos!
Echó una mirada desafiante hacia mi cuerpo diminuto y hecho polvo...que al mirarme a la cara pronunció esta frase:
Mira pulga...¡sácate de aquí, si no quieres que te aplaste!
Mi espíritu se encendió de tal forma... ¡que ni lo dudé...! saqué uno de mis zapatos, asestándole un golpe con el tacón justo en uno de sus pies.
Aquella condenada comenzó a saltar que parecía que iba a hundir el piso... y...¡largaba por aquella boca...!, ¡Dios lo que largaba...!
Con el dolor que sentía cogió puerta y se marchó ¡coja y sin zapatos!,sin antes dedicarme unas palabritas hermosas...
Pero...¡poco me importó lo que ella me decía!, pués aquel tesoro ya era mío...
Totalmente satisfecha por la batalla ganada, metí a tientas la mano en el bolso...y noto que mi monedero no estaba...
¡Mierda!No poduede ser...-me dije...
-¡Mecagüen to... mecagüen to... mecagüen to...!-decía sin parar...
¡Lo había dejado en el bolso de diario!.
La dependienta, con cierto aire de furia ¡me lanzó una mirada...!
Mirada...que con un ojo solo¡yo fulminé al instante! pues simple y llanamente deslicé mi mano por uno de mis zapatos...haciendo amago de arrearle.
Salí de allí...y ya fuera, me volví hacia el escaparate, y con cara de poseída dije:
-mi tesoooro...mi tesoooro...
-Volvereee...
Salí de allí...y ya fuera, me volví hacia el escaparate, y con cara de poseída dije:
-mi tesoooro...mi tesoooro...
-Volvereee...
Te doy una receta que surte buen efecto.. a mí me sucedió algo similar con unas servilletas muy mononas en color celeste turquesa con florcitas rosadas. Eran las últimas y las manoteamos casi al mismo tiempo yo y otra señora. Ella me ganó de mano y me tiró una miradita desafiante como diciendo "je, te gané"... al segundo se me acerca la vendedora y me pregunta qué necesito. Yo le digo que quiero llevar servilletas de tela pero "no tan cachivaches como esas de florcitas, algo más neutro y fino". Acto siguiente, la señora se deshizo de las servilletas como si el mismísimo demonio se hubiera limpiado en ellas y empezó a ver otras cosas. Yo aproveché, las manoteé y le dije a la vendedora que me llevaba las servilletas floreaditas, que las había mirado bien y que me resultaban preciosas!!! :)
ResponderEliminarNo me peleé con nadie y me fui con lo que quería.
Saludos, buen finde
¡Hola "Foteando y algo más..."!
ResponderEliminarPués si,es una buena forma de tantear al toro,pero se corre el riesgo de que hay personas con ideas muy fijas y no sueltan la prenda hasta que le arreas,jajaja.
De todas formas es bueno que te den ideas...
Para la próxima lo tendré en cuenta,y si aún así no desiste...¡para zumbarle siempre hay tiempo!
Un abrazo,gracias por pasar por aquí,y...que tengas un bonito fin de semana.
Hola Paisana, paso a saludarte y decirte que he pasado un rato de lo más agradable. Aún estoy riendo a carcajada. Me encanta tu entrada. Pasaré si no te importa, otro día que hoy llevo prisa. Gracias por compartir tan graciosas letras. Tu dejo mi gratitud y estima. Un besito y se muy feliz.
ResponderEliminar¿...Que tal el pobre ojo, ya se recuperó del exceso de rímel y del intruso que en él se metió? :)
ResponderEliminarYo creo que otro día que pases "la pija" va a esconder “tus tesoros” , no te los querrá vender y no se va a olvidar de tu cara... ¡toda emborronada! jajaja
Besitos.
¡¡Hola Marina!!
ResponderEliminarGracias por entrar en mi espacio...
Es para mi una gran satisfacción saber que te has divertido con mi relato.
Se hace lo que se puede para darle a la vida un poquito de salsa...
Un saludo y pasaré a visitarte.
Que pases un bonito fin de semana.
¡¡¡Hola mi Campito...!!!
ResponderEliminarEl ojo ya está totalmente recuperado,pero lo que aún no se recuperó fué mi corazoncito, pués dejar aquellos zapatos...¡¡me dolió en el alma...!!
En fin...las cosas del amor siempre duelen...
Un besito para ti y para Oscar,esa bolita de pelo que me ha visitado y que debutó hoy por primera vez en tu blog.
Que paseis un bonito fin de semana.
Qué bueenoo.
ResponderEliminar¡Buen día Claudio!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita.
Todo un placer que pases por aquí.
Un saludo.
me gusta lo intensa y ágil de la historia.
ResponderEliminarFascinante manera de ver la vida
ResponderEliminar¡¡Hola David!!
ResponderEliminarEs todo un placer que pasases por aquí, y que te haya gustado el relato.
Un saludo y muchas gracias.
¡¡Hola Recomenzar!!
ResponderEliminarBueno...la vida no siempre es fácil...así que dentro de lo que tenemos,creo que es necesario buscar la parte más positiva.
Gracias por tu visita.
Un saludo.
jaja!! muy bueno!!! Aunque me cuesta entender la obsesión de algunas personas por los zapatos de tacón!! Yo es que soy de calzado plano!! Buena semana hermosa. Biquiños
ResponderEliminar¡¡Hola volboretinha!!
ResponderEliminarBueno obsesión,obsesión... ¡no es!
Es una forma de decir ¡aquí estoy!,si no... pasas desapercibida por el mundo.
O sea... ¡cuestión de tamaño!
Lo mismo te digo,que pases una buena semana.
Un biquiño.
Ummm me encantan los zapatos de tacón y que bien sientan
ResponderEliminarUn beso
Bueno Estrella...parece que las dos tenemos la misma debilidad...a mi también me gustan..¡Tanto que no veas...!
ResponderEliminarUn abrazo y gracias por tu visita.
Pues yo soy bajita jeje, pero es que me son tan incómodos!!! me parece increíble que podáis andar sobre ellos jaja
ResponderEliminarVolboretinha,me parece a mi que los has probado poco...
ResponderEliminarBueno... no siempre son cómodos,¡o casi nunca!,pero para lucir palmito¡hay que sufrir!.
Un abrazo.
poco no, nada más bien. Mira que alguna amiga, lo ha intentado, pero nada, es que me duelen los pies y me desequilibro. Es un sufrimientoooo!!! jejajja besicos
ResponderEliminarjejeje ,hoy va de zapatos... ¡con lo que me gustan...!
ResponderEliminarSi yo te contara lo de sufrir...pero en esta vida hay que ser valientes,y por lo que yo no paso, es que unos tacones me ganen la batalla...jejeje.
¡más besos volboretinha!
¿Muy buenooooooo!! Lo disfruté mucho. Un abrazo.
ResponderEliminar¡¡Gracias Alma!! por pasarte por aquí de nuevo...
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Luna!!!
ResponderEliminarMenuda historia y cuánta furia por unos zapatos!!!!,me gustó,jaja,se puede llegar a ese extremo por una prenda o zapatos???,eso no lo puedo entender...!!
A todo esto..y el ojo??,lo salvó o qué,jaja!!!
Gracias por hacerme pasar un buen ratito!!
Un abrazo cariño!!
Fíjate que no son los zapatos mi fetiche favorito, así que nunca pelearemos por unos, jajaja.
ResponderEliminarTe imaginé con tus pinturas de guerra y me encantó leerte así, en ese lado más batallero.
Un besazo, amiga Luna.
Me ha parecido una versión genial del cuento de Cenicienta, jajaja.
ResponderEliminar¡Hola Estrella!
ResponderEliminarBueno...¡¡la verdad,la verdad...!!es que yo creo que todo esa furia no era por los zapatos,si no por el ojo que ya me tenía más que harta.
De todas formas... ¡por lo que se quiere hay que luchar a vida o muerte!jajaja.
Un besito.
¡¡Hola Towanda!!
ResponderEliminarLas mujeres cuando buscamos guerra...con pinturas o no, ¡no hay quien nos gane...!
Me dejas tranquila saber que tu no sufres por los zapatos, si no... ¡podrías ser un peligro inminente para mi!jajaja.
Un abrazo.
¡¡Hola Juanjo!!
ResponderEliminarDices que te recordó al cuento de Cenicienta...pero...¡¡me faltó el príncipe azul!!
Que pensándolo bien... para ir de compras, más que príncipes se convierten en unas ranas insoportables...jajaja.
Un saludo.
Por unos zapatos así Ma-TO... je je je.
ResponderEliminarGracias por pasarte por mi blog.
biquiños,
Aldabra
p.d.: te enlazo.
¡¡Buen día Aldabra!!
ResponderEliminar¡A que si! Bueno... al menos tú parece que harías lo mismo que yo...jajaja.
Un saludo,y gracias por tu visita.
Genial, genial, sublime.......lo que me he reído. A Dios gracias, hay una bloggera que nos divierte a todos. En fin ahí está la grandeza de la literatura. Ironía, drama, emocines, cinismo todo es posible para quien coge la pluma.
ResponderEliminarFelicidades, eres genial.
¡¡Hola M.Flores!!
ResponderEliminarGracias por tus palabras...
A esta vida hay que intentar sacarle la parte más positiva,aunque a veces las circunstancias sean adversas.
Un abrazo y ojalá te haga reir más veces...
Me encanta tu frescura, lo he pasado genial con tu relato. Hoy he tenido una mañanita desastrosa. Gracias por este buen rato, seguro que a partir de ahora la dinámica que llevo hoy cambia.
ResponderEliminarBesos
jajajajajajajajajajajaja, muy gracioso y muy salvaje esta historia.... muero de ganas por saber el final del cuento...
ResponderEliminarPaz&Amor
Isaac
¡Hola Preciosa!
ResponderEliminar¿No serán demasiado altos los zapatos?...
Nada que pasaba ha ver si tenias algo para pasar aun rato alegre, pero he vuelto a releer este post y, de verdad que jajaja tuve que agarrar de la barriga. Gracias me voy a la cama que ya va siendo hora.
Un abrazo paisana. Se muy feliz.
¡¡Hola Victor!!
ResponderEliminarGracias por tu comentario tan positivo...
Me encanta que os lo paseis bien,pués yo me lo paso genial cuando escribo, pero con vuestros comentarios,me doy más que por satisfecha.
¡¡Sois un encanto!!
Un abrazo.
¡¡Hola Isaac!!
ResponderEliminarGracias,gracias,gracias...
Que gusto siento que estas historias os hagan reir...
¡¡Hoy soy feliz...!!
Un abrazo.
¡Ah! No sé si esta historia continuará,pués no lo había pensado,si no es así a ver si sale algo de otros temitas..
¡¡Hola Marina!!
ResponderEliminarBueno...¡¡eres un cielo!!
¡¡Como veo que tienes ganas de salsilla...!!te aconsejo que leas la antigua entrada,pués creo que tiene su cosilla.
No es por nada... ¡¡pero así incluso le hago publicidad!!jajaja.
Un "biquiño" y muchos abrazos.
EXCELENTE RELATO, LA TRAMA TE MANTIENE ATRAPADA HASTA EL FINAL.
ResponderEliminarA MI TAMBIÉN ME ENCANTAN LOS ZAPATOS...
ERES MAGNÍFICA PARA CONTAR HECHOS DE LA VIDA DIARIA.
UN BESO
ME QUEDO POR AQUI Y TE INVITO A VISITAR MI SITIO PRINCIPAL
lujanfraix.blogspot.com
CARIÑOS
ESPERO QUE TE GUSTE-
¡¡Hola Luján!!
ResponderEliminarMuchas fracias por pararte en ete pequeño espacioy dejarme un comentario con tan buenas críticas...
Es todo un placer que entretengan estas pequeñas cosas de la vida cotidiana.
Pasaré a visitarte.
Un abrazo.
muy divertida la historia, muy visual, muy jevi
ResponderEliminarenhorabuena, Canto
saludos blogueros
Gracias José Antonio por dejar tu comentario.
ResponderEliminarUn saludo.
Tu narración , sencilla, desenfadada, es un tesoro , me has hecho reír y sonreír varias veces, ¿donde estarías tú para no haberte encontrado antes? pues llegar a tu casa es arribar a buen puerto.
ResponderEliminarSi algúnn día te invitase yo a tomar un café ,"porfa trae zapatos de planta baja" o ven en zapatillas no sea que te guste mi gabardina .
Un beso
jajaja...¡Hola André!
ResponderEliminarBueno... lo de andar en zapatillas no es para mi,así que si algún día tomásemos ese café, creo que tendrías que soportarme con zapatos altos... es que se han convertido en una parte mas de mi cuerpo más,sin ellos tengo que decir...¡que no soy nadie!
Un arazo y me alegró mucho que te hiciese reir.
Pobre mujer-camión, con lo ilusionada que debía estar con esos zapatos...jajaja
ResponderEliminarEspero que volvieras por ellos, como mínimo!
Por cierto los zapatos son preciosisisisimos.
Saludos
Gracias Imilce por llegar hasta aquí y que te gustasen mis zapatos...
ResponderEliminarClaro que volví, muestra es que ahí estan...delante del espejo para verlos dobles jajaja.
Un abrazo.